Para muchos de el juego de Gerald de Stephen King siempre estará vinculada a su novela hermana – Dolores Claiborne – ya que ambos libros fueron lanzados el mismo año y King les significó ser novelas compañeras entre sí.
Sus narraciones están inteligentemente unidas por un eclipse solar. Como dispositivo literario es interesante, pero para mí no es lo que hace que estas novelas sean tan especiales o espectaculares. De hecho, podrías eliminar esa conexión y ninguna novela sufriría de su ausencia. No, lo que hace que cada novela sea memorable es la escritura, la caracterización y, sobre todo, el gran esfuerzo de King a la pared por la entrega de la historia y su resultado.
Como novelas compañeras, hay algunas semejanzas notables; a saber, la exploración del abuso femenino a manos de agresores masculinos. Hay dolorosas descripciones de la violencia doméstica y del abuso sexual. King con valentía (y con bastante éxito diría) entra en el terreno de la humillación de la víctima, la degradación, y los persistentes efectos psicológicos que tales actos garantizan.
De muchas maneras, estas son las novelas más feministas de King y no creo que sea una coincidencia que El Juego de Gerald esté dedicado a su esposa Tabitha y a sus cinco hermanas.
Sin embargo, para mí, esto no es lo que define el Juego de Gerald, el cual yo diría que tiene mucho más en común con Misery, la novela de King’s Bachman The Long Walk y su cuento «Survivor Type». Digo esto porque en todos estos lo que King realmente lo que hace es mirar el cuerpo humano bajo brutal coacción física … en el cuerpo in extremis y lo que los seres humanos están genéticamente cableados para hacer para sobrevivir y seguir viviendo otro día.
Intrépido peligro físico indudablemente viene con un componente psicológico y nadie escribe mejor que King utilizando su propio embriagador y adictivo brebaje de narración.
Jessie Burlingame – nuestra «damisela» en peligro – está enfrentando una muerte segura. Está atrapada, encadenada en esposas a la cama que comparte con su esposo Gerald en su casa de verano en el lago. Pero no es verano. Es la caída, y el lago está vacío. Todo el mundo se ha ido a casa. No hay nadie que la oiga gritar o pedir limosna.
Una de las razones por las que amo el Juego de Gerald es tanto el «resolver el rompecabezas», el misterio del cuarto cerrado. Es como uno de esos quebraderos de cerebro (usted sabe el sobre el icicle derretido?) En este caso, usted tiene una mujer esposada a una cama. ¿Cómo la sacas de ellas (jugando limpio, sin trucos, sin deus ex machina). ¿Cómo va a sufrir? ¿Qué demandas se pondrán en su cuerpo, en su mente? Aquí es donde el Rey brilla. (ver spoiler)
Al contar la historia de Jessie, King descubre toda mínima minucia del sufrimiento físico humano y la desesperación del intento de una mujer de acabar con ella. ¿Qué tan lejos está una persona dispuesta a ir para seguir tomando su siguiente aliento? Stephen King sabe muy lejos. Pregúntale a Paul Sheldon o Ray Garraty. O el náufrago en «Survivor Type» – él más que todo. King también sabe que el cuerpo humano tiene una capacidad increíble para el trauma. Puede soportar mucho – tanto que la mente a menudo se rompe primero.
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