Ricardo Menéndez Salmón cuelga el traje de novelista y se muestra abiertamente con el libro No entres dócilmente en esa noche quieta. Un libro dedicado a la figura paterna y las vivencias que tuvo junto a él.
Un libro que tardó un tiempo en mostrarse luego de asentado el tiempo de la muerte del padre. La historia comienza en el momento de su muerte, mientras agonizaba en la habitación.
El libro relata desde el punto de vista más objetivo posible como fue la infancia del autor con un padre enfermo y bebedor. Su padre un hombre que alguna vez quiso ser actor y su realidad estaba representada por una enfermedad y el alcohol. Crecía con esa figura como único ejemplo y con el temor de ser como él cuando le tocará ser padre.
Durante su adolescencia vivió con el temor de ser igual que su padre y cometer los mismos errores, agregando que se llamaba igual que él. Siendo hijo único creció con la ansiedad de heredar sus traumas y sus enfermedades.
Desde escasos once años recuerda la figura de un padre enfermo, con problemas del corazón. Una enfermedad que lo consumió poco a poco, hasta condenarlo a una cama.
El libro también narra las vivencias junto a su madre que asumió el rol de cuidadora hasta su muerte. La mujer que cuido de su padre a pesar de sus cambios de humor, sus frustraciones y sus borracheras. El siendo un niño todavía interpretaba el rol de observador de ese escenario, que marco su vida en adelante.
El autor se muestra de la forma más sincera posible y ofrece una historia pura, como una historia de amor y oscuridad. Como tantas otras que se han escrito de historias familiares y que tienen como única intención explicar quiénes son.
Muestra todos los aspectos del ser humano que tuvo mucha relevancia para su vida. Habla de heroísmo y miseria, gozo y enfermedad, bondad y desdén. Todo impregnado de la mayor sinceridad posible, siendo un homenaje y un reclamo a la figura paterna.
Booktrailer del libro No entres dócilmente en esa noche quieta
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